A partir de que mi corazón falló

El 25 de agosto de 2022 desperté y en pocas horas me encontraba en el hospital. Nunca había subido a una ambulancia ni estado en terapia intermedia. Después de 24 horas el ritmo cardiaco irregular se normalizó y hubo un diagnóstico. A partir de ahí comenzó la búsqueda de tratamientos y una constante sensación de miedo. Nunca había tomado pastillas de manera frecuente, ahora debía tomar cuatro pastillas diarias. Dejé de tomar café y de hacer ejercicio, monitoreaba mi frecuencia cardiaca a cada momento, un comportamiento obsesivo.

Un año después y ante otro evento de riesgo mi cardiólogo me realizó un procedimiento quirúrgico, que con ayuda de la tecnología, generó micro cicatrices en mi corazón como parte del tratamiento de mejora. Era extraño decir que me iban a operar, resultaba más extraño cuando decía que era del corazón. Si bien después de eso mis condiciones físicas mejoraron y el miedo disminuyó, perder la salud es un evento que puedo catalogar como traumático. 

Algunas personas cercanas me dijeron que posiblemente la causa de que “me enfermara” era emocional, nunca los contradije pero no lo acepto, soy una mujer de ciencia y mis evidencias son otras. Sin embargo, me di cuenta que a todos nos puede pasar cualquier cosa, en cualquier momento y no estamos preparados para ello. Asumimos, damos por hecho que las cosas deben ser como planeamos, como queremos, nos guiamos por nuestras expectativas. Ante tal incidente crítico es cierto que la parte emocional se afecta, se experimentan otras emociones: tristeza, incertidumbre, miedo y aceptación. Por ahora siento alegría porque ¡volví a tomar café!

Querétaro, Querétaro, 3 de febrero de 2025