Te fuiste un 12 de septiembre de 2023

Este post es para mi kya, la perrita cocker que adopté en Ciudad Victoria en 2015.

Tu presencia siempre me llenó de alegría y esperanza. Parecía que me escuchabas y sabías lo que me pasaba, me acompañaste en tiempos tristes, en cambios de vida, siempre ahí, acompañando, aguantando, en calma. Todos los viajes, todas las nuevas casas, todas las nuevas personas, eras un remanso de paz y apoyo. Fuiste muy noble, cariñosa, una gran compañera, la mejor que pude tener. En tus últimos meses sufriste, hice todo lo posible por encontrar respuestas y no lo logramos. Espero que hayas tenido una vida hermosa y que hayas sentido el amor que te teníamos. Hasta el último día, nunca te quejaste, fuiste muy buena. Siempre te recordaré con un profundo amor y alegría, espero que nos encontremos de nuevo, gracias por cumplir tu misión en nuestras vidas.

Los últimos tres días que estuvo en el hospital, sabía en el fondo que no regresaría, su mirada era otra y su cuerpo estaba débil. El último día fui a visitarla a las 4 pm, a esa hora tenía que impartir clase en modalidad virtual por lo que iba a cancelar mi visita, pero algo me decía que debía ir, por lo que cambié mi clase a las 5:30 pm. Esa fue la última vez que la vi. Cuando regresé a casa y comencé con mi clase me llamaron para avisarme que había colapsado, detuve todo.

Todos los duelos son diferentes, pero comparten la pérdida del pequeño trozo de sí. Un año después coloqué sus cenizas en una maceta con un cactus en la entrada de casa de mi mamá. Me gusta pensar que cada vez que llego me recibe. 

El Marqués, Querétaro, 16 de febrero de 2025